Europa afronta una crisis energética de cara al invierno y, para lidiar con ello, Bruselas ha propuesto dos grandes medidas:
- Una contribución solidaria que pagarán las empresas gasistas y petroleras: La CE propone capturar un 33% sobre los beneficios de 2022 y/o 2023 que superen en más de un 20% el beneficio medio obtenido en 2018, 2019, 2020 y 2021.
- Las plantas de generación renovables no podrán vender su energía a más de 180 €/MWh: un tope ya conocido y que no suponme una amenaza para futuros inversores.
El Gobierno español ha tomado una serie de medidas para paliar esta escalada de precios entre las que destacan las siguientes:
- Reducción de IVA de la electricidad y el gas.
Reducción del impuesto especial sobre la electricidad.
Tope de precio a centrales no emisoras.
Tope al precio del gas utilizado para producir electricidad.
Adicionalmente, se va a aprobar un nuevo gravamen temporal que se aplicará sobre la cifra de negocios de las principales empresas energéticas. En España, este gravamen aplicará sobre eléctricas, gasistas y petroleras, mientras que en Europa se aplica sólo sobre gasistas y petroleras, que son las industrias que han originado la actual crisis energética.
El hecho de gravar a las eléctricas es contraproducente para alcanzar los objetivos de transición energética porque el dinero que se dedica a pagar el nuevo gravamen no se tendrá disponible para realizar inversiones en nuevas energías renovables.