El informe analiza la sostenibilidad socioeconómica, ambiental y territorial, y los procesos de sostenibilidad y gobernanza en España.
En el capítulo de cambio climático y energía se presenta una batería de 7 indicadores sobre la sostenibilidad del sector energético que ofrecen un diagnóstico de la situación actual para el ámbito nacional, europeo y autonómico. El indicador de cambio climático hace referencia a las emisiones de gases de efecto invernadero y los indicadores de energía tratan sobre consumos energéticos, dependencia energética, intensidad energética de la economía, la participación de energía de fuentes renovables y pobreza energética.
Adicionalmente, dedica un capítulo especial a la energía sostenible para todos, en el que, se analiza las condiciones técnicas, económicas y medioambientales que son necesarias para que el suministro sea sostenible. La clave de la sostenibilidad del modelo energético global estriba en que los países desarrollados modifiquen radicalmente sus patrones de producción y consumo en el medio y largo plazo.
Un caso especialmente significativo es el del sector eléctrico, que debe evolucionar hacia un sector plenamente descarbonizado en 2050, con el agravante de tener que soportar la electrificación de buena parte de los sectores de calefacción y de transporte. Todo ello en un contexto de libre mercado y tratando de minimizar las intervenciones regulatorias. El marco regulatorio está condicionado por la política energética y, en España, carecemos de una visión estratégica de largo plazo en este sector. Las fuertes inversiones en tecnologías limpias y en ahorro energético solamente tendrán lugar en las dimensiones necesarias si existe una regulación energética correcta, independiente de los vaivenes políticos y abierta al debate público informado.