Este informe forma parte de una serie de documentos elaborados por la AIE, en los que muestra los pasos necesarios para acelerar los radicales cambios tecnológicos que se deben producir debido a que las tendencias actuales en el suministro y uso de energía son claramente insostenibles (económica, ambiental y socialmente). Sin una acción decidida, las emisiones de CO2 relacionadas con la energía aumentarán a más del doble para 2050 y el aumento de la demanda de energía fósil incrementará la preocupación por la seguridad de suministro.
Las tecnologías de almacenamiento de energía pueden ayudar a mejorar la seguridad energética y jugar un papel crucial en la descarbonización del sistema energético por (i) mejorar de la eficiencia en el uso de los recursos de los sistemas energéticos, (ii) ayudando a integrar más recursos renovables, (iii) apoyar una mayor producción en los sitios donde se consume, (iv) aumentando el acceso a la energía y (v) mejorando la estabilidad, flexibilidad y fiabilidad de la red.
Mientras que algunas de estas tecnologías de almacenamiento están maduras o cercanas a su madurez, la mayoría están todavía en las primeras etapas de su desarrollo y, en la actualidad, luchan por competir con otras tecnologías debido a sus altos costes. Por último, el informe destaca que los gobiernos pueden ayudar a acelerar el desarrollo y despliegue de las tecnologías de almacenamiento de energía mediante su apoyo a este tipo de proyectos.