Gases de Efecto Invernadero

El Efecto Invernadero: causas y consecuencias

El efecto invernadero, causado por los gases contaminantes de la actividad humana, está elevando la temperatura en el planeta. Como consecuencia, aumentan las sequías, el deshielo y las enfermedades infecciosas, a la vez que se producen plagas y cambios sobre el nivel del mar.

¿Qué es el efecto invernadero?

El efecto invernadero es un proceso por el que algunos gases, principalmente el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso se concentran en la atmósfera y suben su temperatura. Estos gases son conocidos como gases de efecto invernadero o por sus siglas, GEI.

Para entender qué es el efecto invernadero hay que conocer todas sus fases. En primer lugar, la radiación solar llega a la Tierra y buena parte de ella es reflejada y devuelta a la atmósfera, pero otra, llega al suelo y sube su temperatura. Posteriormente, esta radiación térmica junto con los gases (muchos consecuencia de la actividad humana) suben y se concentran en la atmósfera. Algunos consiguen ser expulsados y otros permanecen creando el conocido efecto invernadero.

¿Qué causa el efecto invernadero?

El efecto invernadero es un proceso natural y sus causas son la radiación solar y la acumulación de gases, como el vapor de agua y el dióxido de carbono. Pero en la actualidad, el concepto de efecto invernadero está relacionado con términos como cambio climático y su causa está asociada a la actividad humana. Es lo que se conoce como efecto invernadero negativo.

Algunas de las actividades humanas que aumentan el efecto invernadero, son:

  • Deforestación.
  • Ganadería intensiva.
  • Uso de combustibles fósiles y energías contaminantes.
  • Fábricas industriales.

Todas estas acciones producen la emisión de gases contaminantes, y pasan a formar parte de los gases de efecto invernadero. Como la atmósfera es incapaz de expulsarlos en la misma cantidad en la que los recibe, estos se acumulan y aumentan la temperatura terrestre.

Gases de efecto invernadero: ¿cuáles son?

Lo que causa el efecto invernadero son los gases conocidos como GEI. Los principales y más abundantes que se relacionan con el aumento de las temperaturas son:

  • Metano (CH4).
  • Dióxido de carbono (CO2).
  • Óxido nitroso (N20).
  • Hexafluoruro de azufre (SF6).
  • Hidrofluorocarbonos (HFC).
  • Clorofluorocarbonos (CFC).

Otros gases de efecto invernadero no guardan relación con la actividad humana y son más constantes, por ejemplo, el ozono (O2) y el vapor de agua (H2O).

Relación entre efecto invernadero, calentamiento global y el cambio climático

El efecto invernadero natural no provoca un aumento de las temperaturas, de hecho, las mantiene. Pero cuando hay un incremento en las emisiones de GEI, los gases se quedan retenidos y calientan la superficie terrestre.

Este aumento de la temperatura se produce de forma bastante homogénea en la Tierra y por ello podemos hablar de un calentamiento global.

En la actualidad el calentamiento global ha provocado un aumento de la temperatura media de 1,1ºC desde la era preindustrial (1850 – 1900), según la Organización Meteorológica Mundial.  Y existe un 20% de probabilidades de que en menos de una década supere los 1,5ºC.

Este calentamiento provoca un cambio global en el clima, que es lo que conocemos como cambio climático. Sus consecuencias repercuten en la tierra y en los océanos, en la atmósfera, en la capa de ozono y en la fauna y la vegetación del planeta, lo cual afecta de forma directa a las sociedades humanas.

Consecuencias del efecto invernadero en el clima

El efecto invernadero negativo provoca un aumento continuado de la temperatura en nuestro planeta. Estas son las principales consecuencias:

  • Inundaciones de islas y zonas costeras: según el Grupo Intergubernamental de expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), en el último siglo el nivel del mar se ha elevado casi 20 cm. Y para el 2100 se prevé que lo haga entre 15 y 90 cm. Esta subida del nivel del mar amenaza a 90 millones de personas.
  • Desertificación: el calentamiento global perjudica a la vegetación y rompe el equilibrio de los suelos hasta convertirlos en grandes extensiones desérticas e improductivas. Algunos miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU) expertos en el cambio climático advierten de que el 30% de las tierras del planeta ya han sufrido esta desertificación.
  • Deshielo: el aumento de las temperaturas acaba con las masas glaciares, lo cual eleva el nivel del mar y reduce la cantidad de radiación solar que devolvemos a la atmósfera. Además, se libera el metano que llevaba siglos atrapado en el hielo provocando una reducción del nivel de oxígeno.
  • Eventos climáticos extremos más intensos: el cambio climático no provoca tsunamis o huracanes, estos son un fenómeno natural. Pero sí puede aumentar la intensidad de algunos de ellos haciendo que sus consecuencias sean más devastadoras.
  • Migraciones: las variaciones del clima obligarán a muchos animales a migrar, algo que ya ocurre en la actualidad. También por las inundaciones provocadas por el aumento del nivel del mar y la desertificación, algunas poblaciones humanas están iniciando migraciones. Son los llamados refugiados ambientales. Por otro lado, la exterminación de especies por parte del ser humano está provocando grandes cambios en los ecosistemas que aumentan las migraciones animales y humanas.
  • Cambios en la agricultura y ganadería: el aumento de las temperaturas altera las fases de crecimiento de la vegetación, modifica las variedades y provoca extinciones, influyendo en la proliferación de insectos y con ello aumentando las enfermedades que afectan a las cosechas. A su vez, la ganadería podría sufrir cambios en su salud, como problemas de metabolismo, reproducción, etcétera.

Consecuencias del efecto invernadero en la salud

El cambio climático daña el medioambiente y a los humanos. Estas son las principales consecuencias en nuestra salud:

  • Hambrunas: el cambio climático afecta de forma directa a la ganadería y a la vegetación, por ejemplo, por los cambios de distribución de las lluvias. También puede afectar de forma indirecta con la aparición de especies invasoras. Esto está creando una emergencia alimentaria y según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) si no cambia la situación, 600 millones de personas podrían pasar hambre en 2080.
  • Aumento de enfermedades contagiosas: por el aumento de las temperaturas las enfermedades infecciosas se transmitirán más rápidamente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene en el principal punto de mira a la malaria y el cólera.
  • Problemas respiratorios: el aumento de gases contaminantes que forman parte de la atmósfera provoca problemas respiratorios. A esto se le suma que el aumento de las temperaturas, así como el aumento de CO2 y ozono, ayudan a la presencia de alérgenos en el ambiente que causan enfermedades como el asma y la rinitis alérgica.
  • Problemas cardiovasculares: el fuerte aumento de las temperaturas provoca deshidratación y bajadas de tensión, lo cual podría provocar la muerte en personas con cardiopatías.

También, la mayor reproducción de plagas, las muertes por olas de calor y la transmisión de otros patógenos como el dengue o la tuberculosis son algunas de las consecuencias del efecto invernadero.

Ahora ya sabes que el efecto invernadero es el principal causante del cambio climático. Las principales medidas giran en torno a reducir las emisiones o ayudar a eliminarlas mediante los bosques y la vegetación.

Consecuencias sociales del efecto invernadero

Las consecuencias sociales del efecto invernadero abarcan diferentes aspectos que afectan negativamente a la calidad de vida de las personas en ciertos lugares del mundo. Esto hace que las poblaciones que ya se encuentran en una situación vulnerable, tengan menos acceso a los recursos que necesitan para vivir.

Las emisiones de gases de efecto invernadero son un problema que genera malestar en todo el mundo, y son la principal causa de la escasez de agua y la inseguridad alimentaria. Entender el impacto del calentamiento global ayuda a tener una mejor visión sobre las razones por las que es importante combatirlo.

Escasez de agua

Una de las principales consecuencias sociales del efecto invernadero es la escasez de agua. El calentamiento global ha alterado significativamente los patrones de precipitación, lo que ha generado sequías muy importantes, durante periodos de tiempo muy prolongados, en diferentes regiones del mundo.

Ciudad del Cabo, por ejemplo, estuvo a punto de quedarse sin agua durante febrero de 2018, como consecuencia de la sequía. De igual manera, Uruguay vivió una crisis hídrica recientemente, debido a la ausencia de lluvias.

Estas sequías impactan directamente el bienestar y la calidad de vida de las personas, ya que no cuentan con suficiente agua potable para su consumo, para la agricultura y para los procesos de producción industriales. La escasez de agua, además genera riesgos de salud, porque aumenta el riesgo de transmisión de enfermedades.

Inseguridad alimentaria

El aumento de la temperatura media del planeta también afecta la producción agrícola, sobre todo, porque cambia los patrones de lluvia y altera el ciclo de cultivo. Las sequías prolongadas reducen la cantidad de agua dulce disponible para el riego de los cultivos, lo que limita su crecimiento y su desarrollo.

En este sentido, resulta más difícil producir y distribuir la cantidad de alimentos que necesita la población para su supervivencia, especialmente en las regiones en las que estos problemas se presentan con mayor intensidad.

La inseguridad alimentaria y nutricional afecta principalmente a la población más vulnerable, como las personas de bajos ingresos y las comunidades rurales. Todo esto puede derivar en conflictos por el acceso a los alimentos, y generar problemas de estabilidad social.

Migración

Otra consecuencia social del efecto invernadero es la migración y el desplazamiento forzado de las personas a raíz de las condiciones climáticas. Las regiones en las que el aumento de la temperatura ha sido muy alto, hay escasez de agua y se presentan fenómenos meteorológicos extremos, las condiciones de vida son muy difíciles, y las personas no tienen otra opción que migrar.

Cada año, el calentamiento global hace que las condiciones sean más inhóspitas en algunas zonas, lo que obliga a las personas a buscar nuevos lugares para vivir. En el África Occidental, por ejemplo, la disminución de recursos naturales ha generado que las comunidades rurales migren hacia las zonas urbanas en busca de mejores condiciones.

Consecuencias económicas del efecto invernadero

El efecto invernadero y el cambio climático tienen efectos negativos sobre la economía en todo el mundo. Estos efectos son muy variados, y su intensidad puede variar dependiendo de la región que se estudie.

Además, implican que los gobiernos deben tomar medidas para mitigar el impacto que la quema de combustibles fósiles y las emisiones de dióxido de carbono tienen sobre la población más vulnerable. Estos son costos que muchas veces están fuera del presupuesto nacional, y que terminan impactando la calidad de vida de las personas.

Aumento en el precio de los alimentos

Las consecuencias económicas del efecto invernadero son muy variadas, pero una de las más significativas para las personas es el aumento en el precio de los alimentos. Esto sucede porque los efectos generados por el cambio climático, como la alteración de los patrones de precipitación, disminuyen la producción agrícola y aumentan los costos operativos.

Además, algunos fenómenos meteorológicos extremos pueden dañar los cultivos, y reducir la cantidad de alimentos disponibles. Asimismo, hay que tener en cuenta que los climas cálidos son un entorno ideal para que las plagas y las enfermedades que afectan a los cultivos proliferen.

Todas las inversiones que realizan los agricultores en tecnología para mitigar el impacto del cambio climático termina aumentando el precio de los alimentos y disminuyendo la capacidad de los consumidores finales de adquirir todo lo que necesitan. A medida que los precios de los alimentos son más costosos, las familias tienen menos recursos para cubrir otras necesidades básicas.

Costos de adaptación climática

Los costos de adaptación climática son otra de las consecuencias económicas del efecto invernadero, aunque es un tema menos conocido. En términos generales, este concepto hace referencia a todos los gastos que debe hacer el Estado, las empresas y las comunidades para hacer frente al cambio climático.

Por un lado, el Estado debe tomar medidas para enfrentarse a los fenómenos meteorológicos como las inundaciones, las tormentas y los incendios forestales. Esto implica una fuerte inversión en infraestructura. Por otra parte, las empresas deben hacer lo propio, e implementar diferentes medidas que les ayuden a mantener su capacidad productiva.

Disminución del turismo

El aumento de las temperaturas a nivel global y el cambio en los patrones climáticos, producto del calentamiento global, también afectan al turismo, una fuente importante de ingresos para muchos países.

Para tener una mejor idea de esto, basta con señalar que algunos fenómenos meteorológicos pueden afectar la infraestructura y el atractivo que tienen ciertas regiones para los turistas.

Esto termina impactando de forma directa a la economía local de diferentes comunidades, ya que en algunos casos, el turismo es la base de sus actividades económicas..

La solución para el efecto invernadero

Aunque la emisión de gases de efecto invernadero tienen impacto a largo plazo, aún se pueden tomar medidas para revertir algunas de sus consecuencias y mitigar su efecto en el futuro.

La mayoría de estas medidas deben ser implementadas por el Estado, aunque también es importante que la sociedad en su conjunto se involucre para lograr resultados significativos.

Fuentes de energía renovable y electrificación de consumo finales

Para reducir las emisiones de dióxido de carbono y óxido nitroso, es necesario cambiar el modelo de producción y consumo de energía, que se basa en la quema de combustibles fósiles, y utilizar fuentes de energía renovable como la energía solar, eólica, hidroeléctrica o geotérmica.

Estas fuentes de energía se caracterizan por su bajo impacto ambiental, además de ser una excelente alternativa para generar energía de manera sostenible. Es decir, con ellas se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, y también significativamente la huella de carbono.

En muchos países se están llevando a cabo proyectos para la adopción masiva de las fuentes de energía renovable con el objetivo de descarbonizar al máximo el mix de generación eléctrica.

Europa tiene el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 55% en 2030 respecto los niveles de emisiones de 1990 y llegar a ser neutra en CO2 en 2050. Así está recogido en el paquete de medidas europeas “Fit for 55”.

Con el mix de generación eléctrica descarbonizado, el siguiente paso es electrificar otros usos finales de energía en los que se utilizan derivados del petróleo o gas para así reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Algunos de estos ejemplos son:

  • Fomentar los vehículos eléctricos en lugar de vehículos de combustión interna, para así reducir el consumo de gasolina y diesel y reducir las emisiones de CO2
  • Fomentar el uso de aerotermia y de las bombas de calor eléctricas para sustituir el consumo de gas en las calderas de calefacción.
  • Electrificar el calor industrial de baja y media temperatura para dejar de utilizar combustibles fósiles y gas natural.

Agricultura sostenible

La agricultura y la ganadería intensiva también son una de las causas del cambio climático, y por ello es necesario pensar en alternativas de producción agrícola que sean amigables con el medio ambiente. Al adoptar modelos de agricultura sostenible, es posible reducir el impacto negativo sobre los recursos naturales, preservar la calidad del suelo, el agua y la biodiversidad.

Estas son algunas de las prácticas que se recomiendan para evitar la erosión de los suelos y la contaminación ambiental:

  • Rotación de cultivos.
  • Siembra directa.
  • Reducción en el uso de pesticidas y fertilizantes.
  • Uso de sistemas de riego más eficientes.
  • Diversificación de cultivos.

Se trata de un modelo agrícola que promueve la conservación de la biodiversidad y la protección de los ecosistemas, además de una reducción significativa en las emisiones de gases de efecto invernadero.

Políticas y regulaciones

Los gobiernos tienen un papel muy importante en la búsqueda de soluciones para el problema del calentamiento global. A través de políticas y regulaciones, pueden establecer un marco jurídico para promover la transición hacia una economía en la que la dependencia de los combustibles fósiles sea mucho menor.

Desde el gobierno, por ejemplo, se pueden generar incentivos financieros y fiscales para facilitar la adopción de tecnologías limpias y sostenibles. De igual manera, se pueden suscribir acuerdos internacionales para la reducción de emisiones y establecer compromisos a nivel nacional para lograr objetivos específicos en términos de energías renovables y eficiencia energética.

Educación y concienciación

Por último, tenemos que hablar de cómo la educación y la concienciación pueden ayudar a combatir el cambio climático y asegurar el futuro de las siguientes generaciones.

La educación ambiental tiene el propósito de informar y capacitar a las personas sobre los efectos negativos del calentamiento global, y sobre las medidas que pueden tomar a nivel individual para vivir de forma sostenible.

Una gran parte de estos programas educativos señalan cuál es el impacto de los modelos de consumo excesivo, el uso irresponsable de los recursos naturales, y las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, pueden ser útiles para movilizar a las personas e impulsar el cambio social.

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