El cambio climático es un hecho, y cada vez resulta más evidente la necesidad de tomar medidas para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y avanzar en el uso de las energías renovables. El PNIEC recopila los objetivos que tiene España de cara al futuro en materia de energía y clima, y proporciona un gran número de estrategias que pueden ayudar a tener una economía más sostenible y lograr la descarbonización.
¿Qué es el PNIEC?
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) es el conjunto de objetivos y políticas del gobierno español para la reducción de gases de efecto invernadero, la penetración de energías renovables y la mejora de eficiencia energética entre 2021 y 2030.
Este plan, elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), forma parte de la estrategia europea para combatir el cambio climático y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.
En él se establecen tanto los objetivos como las estrategias que se utilizarán para tener una economía baja en carbono, y dar el salto a un mayor uso de energías renovables que sean amigables con el medio ambiente y ayuden a combatir el cambio climático.
Contexto y antecedentes del PNIEC
El PNIEC surge en un contexto en el que se están implementando políticas energéticas y climáticas que buscan limitar el impacto de las actividades económicas sobre el medio ambiente.
El marco de la política energética y climática en España está determinado por la Unión Europea (UE) que a su vez responde a los requerimientos del Acuerdo de París alcanzado en 2015 para dar una respuesta internacional y coordinada al reto de la crisis climática. La UE ratificó el Acuerdo de Paris en octubre de 2016, lo que permitió su entrada en vigor en noviembre de ese año. España hizo lo propio en 2017, estableciendo así un compromiso renovado con las políticas energéticas y de cambio climático.
En este contexto, la Comisión Europea presentó en 2016 el denominado “paquete de invierno” (“Energía limpia para todos los europeos”) que se ha desarrollado a través de diversos reglamentos y directivas. En ellos se incluyen revisiones y propuestas legislativas sobre eficiencia energética, energías renovables, diseño de mercado eléctrico, seguridad de suministro y reglas de gobernanza para la Unión de la Energía. Este nuevo marco normativo y político aporta certidumbre regulatoria, genera las condiciones para que se lleven a cabo las importantes inversiones que se precisa movilizar y promueve que los consumidores europeos se conviertan en actores de la transición energética.
A ello hay que añadir que la Comisión Europea actualizó el 28 de noviembre de 2018 su visión estratégica a largo plazo (“Un planeta limpio para todos”), a fin de que la Unión Europea alcance una economía próspera, moderna, competitiva y climáticamente neutra en 2050.
Al objeto de conseguir estos objetivos de forma coordinada entre todos los Estados miembros de la UE el “paquete de invierno” recoge un Reglamento de Gobernanza. El mismo establece el procedimiento de planificación para cumplir los objetivos y metas, garantizando la coherencia, comparabilidad y transparencia de la información presentada a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y al Acuerdo de París.
En concreto, la UE demanda a cada Estado miembro la elaboración de un Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC). Los PNIEC presentados por cada Estado miembro servirán a la Comisión para determinar el grado de cumplimiento conjunto y establecer actuaciones para corregir posibles desvíos.
Objetivos principales del PNIEC
Aunque el MITECO inició la elaboración del plan en 2018, estableciendo objetivos y estrategias para el periodo 2021-2030, hay que señalar que no se trata de un plan estático o fijo, ya que está sujeto a revisiones y, por lo tanto, a modificaciones.
Estos son algunos de los objetivos actualizados del PNIEC 2023-2030:
- Reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI): el objetivo inicial del PNIEC era una reducción de un 23 % en las GEI respecto a los niveles de 1990 para 2030. En la última revisión se hizo un ajuste en el objetivo, que aumentó a 32 %.
- Incremento de energías renovables: el plan también tiene como objetivo aumentar la proporción de energías renovables en el consumo final de energía. Inicialmente, el objetivo era alcanzar un 42% de renovables para 2030, y en la revisión de 2023 esta meta se elevó al 48 %.
- Generación eléctrica: este objetivo se revisó y se hizo un cambio importante, ya que el papel de la energía renovable pasa del 74 al 81 %.
- Reducción de la dependencia energética: el objetivo revisado del PNIEC es reducir esta dependencia al 51% para 2030, frente al 41% del plan original.
- Consumo final de electricidad del 34% en 2030.
- Además de estos objetivos, es importante aclarar que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima también busca mejorar la eficiencia energética, la instalación de potencia fotovoltaica, eólica y termosolar, y la electrificación del transporte y otros sectores clave.
Estrategias y medidas del PNIEC
Las medidas que se establecen para alcanzar los objetivos del PNIEC son muy amplias, y abarcan diversos sectores de la economía. En total son más de 107 medidas, pero dentro de ellas podemos resaltar:
- Desarrollo de nuevas instalaciones de generación eléctrica con energías renovables.
- Programas de ayudas y subvenciones para la renovación energética de edificios residenciales y comerciales.
- Mejoras en la tecnología y sistemas de gestión de procesos de industrias energéticamente intensivas.
- Modificaciones normativas para facilitar la actividad investigadora e innovadora.
- Infraestructuras científicas y técnicas en los sectores de la energía y el clima.
- Campañas de educación y sensibilización para informar a la ciudadanía sobre los beneficios de la transición energética y fomentar comportamientos sostenibles.
Estas medidas tienen un impacto directo sobre la transición energética en España, y son fundamentales para cumplir con los compromisos climáticos y energéticos que se tienen para el año 2030 (ver . el último borrador de actualización del PNIEC 2023-2030).
Para poder ver la diversidad a la hora de afrontar estas medidas, en comparación con países como Alemania o Francia, España ha centrado su estrategia en la potenciación de las energías renovables y la reducción de la dependencia energética. Mientras que Alemania sigue lidiando con los desafíos del cierre de sus plantas nucleares y Francia apuesta por una combinación de energía nuclear y renovable.
Impacto social y económico del PNIEC
Al momento de analizar el impacto del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima se debe tener presente que además del aspecto ambiental, la transición energética produce cambios significativos a nivel social y económico.
Vale mencionar que la transición hacia una economía más sostenible impulsa la demanda de nuevos puestos de trabajo en sectores como las energías renovables, la eficiencia energética y la movilidad sostenible. De hecho, está previsto que para el periodo 2025-2030 se produzca un incremento en el empleo de entre 430.000 y 522.000 personas por año.
El PNIEC también se proyecta como un motor de crecimiento económico, con un aumento del 2,5% en el PIB para 2030, sobre todo, por la reducción de la dependencia de las importaciones de energía.
Monitorización y evaluación del PNIEC
La monitorización y evaluación de los objetivos del PNIEC es fundamental, ya que de esta manera se puede asegurar que España cumpla sus objetivos energéticos y climáticos de manera efectiva.
Como ya mencionamos antes, no se trata de un plan fijo, y se pueden producir cambios para alinearlo con las políticas energéticas a nivel europeo, o como respuesta a los cambios tecnológicos y económicos que puedan surgir.
Desafíos y oportunidades del PNIEC
El principal desafío del PNIEC radica en que el incremento de generación renovables (+100 GW) está basado fundamentalmente en la exportación de energía a Europa bien sea a través de la interconexión eléctrica adicional con Francia, a través de los Pirineos, o mediante la construcción del hidroducto H2MED entre Barcelona y Marsella. Si estos proyectos no estuvieran, los vertidos alcanzarían casi la mitad de la producción renovable.
Por otro lado, el PNIEC no apuesta por un mayor consumo de electricidad en España; no se plantea utilizar en España ese incremento de electricidad renovable, mediante bomba de color o mediante electrificación del consumo de la industria: que la industria actual o futura sustituya su consumo energético de gas o gasóleos y que utilice electricidad de origen renovable, lo cual beneficiaría la competitividad de la industria nacional creando una ventaja competitiva frente al resto de países europeos.
Finalmente, el PNIEC no apuesta por el desarrollo de redes de distribución eléctrica, que son necesarias para atender los nuevos consumos de electricidad y dotar de gestionabilidad a un sistema eléctrico más distribuido.
A nivel nacional el impacto del PNIEC varía según las regiones, aquellas con alta dependencia de los combustibles fósiles, como Asturias y parte de Andalucía, enfrentarán mayores desafíos durante la transición energética. Sin embargo, el plan incluye medidas específicas para asegurar una transición justa, apoyando a los trabajadores y las comunidades más afectadas mediante programas de formación, inversiones en nuevas industrias y la diversificación económica. Por otro lado, regiones con abundante recurso solar y eólico, como Castilla-La Mancha o Aragón, se verán beneficiadas con el desarrollo de infraestructuras renovables, lo que podría estimular el crecimiento económico local.
Conclusiones
En medio de la incertidumbre que hay sobre el futuro ambiental del planeta, el PNIEC se presenta como un programa de medidas para alcanzar una economía próspera, moderna, competitiva y climáticamente neutra en 2050.
Es cierto que su implementación enfrenta muchos desafíos, ya que existen escenarios en los que factores económicos, tecnológicos o políticos podrían retrasar o modificar la puesta en marcha del plan. Pero es la respuesta de España a un contexto en el que se requiere el desarrollo de estrategias que aseguren un futuro sostenible.
No obstante, el PNIEC debería:
El orden de prioridad debería ser eso porque de hacerlo al revés supondría un despilfarro de recursos y un incremento de costes para los ciudadanos.
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