La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha publicado el informe Energy Efficiency Market Report 2015 en el que se estudia el presente y futuro de la eficiencia energética (EE), mediante un análisis de las distintas variables implicadas en esta tendencia y su comportamiento en distintos países. Así, examina los beneficios que aporta la EE, no sólo en términos económicos, sino también de cara a los consumidores, las industrias (incluyendo utilities) y los gobiernos, gracias a las mejoras en productividad, seguridad energética y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
El informe se divide en dos secciones principales. En la primera, se revisa la situación de la eficiencia energética, analizando los beneficios obtenidos gracias a sus inversiones, su progreso y sus implicaciones en el sistema eléctrico y en las perspectivas de inversión de las utilities. A continuación, se repasa la evolución de la eficiencia energética en mercados específicos como los de Massachusetts, París, Seúl, Tokio, Reino Unido, Brasil, México, Rusia y Arabia Saudí.
Más del 40% de la reducción de emisiones GEI tendrán que provenir de la EE para alcanzar el objetivo de los 2°C; para ello se necesita más inversión de la prevista.
Las inversiones realizadas en materia de EE durante los últimos 25 años han sido el principal driver para desacoplar el consumo energético y el crecimiento económico. Se ha conseguido así una mejora del 2,3% en la intensidad energética de los países pertenecientes a la OCDE, cuyo consumo de energía se mantiene en niveles de 1990 mientras el PIB ha aumentado un 26%.
Gracias a la mejora de la EE realizada por los 29 países que conforman la AIE desde el año 1990, se ha evitado la emisión de más de 10.200 millones de toneladas de CO2. Esto ha permitido ahorrar cerca de 5,7 billones de dólares en gasto energético y ha contribuido a la lucha contra el calentamiento global.
La EE también ha favorecido a la seguridad energética de los países que conforman la AIE. En el periodo 1990-2014, se consiguió evitar la importación de 190 Mtoe de energía primaria, generando un ahorro de más de 80 mil millones de dólares. Alemania y Japón han sido los países con más avances en la reducción de sus importaciones.
Las inversiones en EE seguirán creciendo durante los próximos años impulsadas por políticas más estrictas y robustas que reconozcan estas inversiones como uno de los medios más eficientes en costes para abordar retos como la seguridad energética, la productividad, la contaminación local o el cambio climático. Las inversiones mundiales en EE en los edificios, cuyo consumo supone más del 30% de la demanda mundial de energía, se estima en 90 mil millones de dólares en 2014 y se espera que para 2020 aumente hasta los 125 mil millones de dólares. Sin embargo, esta cantidad es mucho menor que la contemplada en el Escenario 2DS de la AIE, que se estima en 215 mil millones.
Las reducciones en el precio del petróleo y el gas no están minando el mercado de EE. En algunos países se está aprovechando esta circunstancia para reducir/eliminar los subsidios que reciben los combustibles fósiles de uso final, en línea con las recomendaciones de la AIE para reducir las emisiones GEI (eliminación de subsidios a combustibles fósiles de uso final en 2030).
Los compromisos medioambientales adquiridos por los países (INDCs) impulsan la EE para alcanzar objetivos como el desarrollo económico sostenible, reducir la dependencia energética, mejorar la seguridad energética y reducir las emisiones.