La eficiencia energética reporta beneficios para todos los agentes porque permite ahorrar costes y reducir la contaminación asociada al consumo energético. Sin embargo, algunos autores argumentan que no se desarrollan proyectos de eficiencia energética debido a dos fallos de mercado principalmente: externalidades asociadas al uso de combustibles fósiles e ineficiencias en la inversión; a su vez, estas ineficiencias surgen cuando los consumidores y las empresas no invierten lo suficiente en eficiencia energética debido, por ejemplo a información imperfecta.
Este informe se centra en conocer si estas ineficiencias en la inversión pueden ser corregidas con políticas adecuadas que, según los autores del estudio, deben ser lo más directas posibles y, en este sentido, los impuestos que gravan actividades contaminantes y los sistemas de Cap and Trade son una solución óptima. Las políticas dirigidas tienen el potencial de generar ganancias de bienestar mayores que los subsidios. Adicionalmente, las políticas tienen que identificar el tipo de consumidor que será inducido a ser más eficientes energéticamente. Los autores concluyen que el hecho de que haya costes y beneficios asociados a la eficiencia energética que no sean directamente observables hace que sea difícil evaluar la magnitud de la brecha de eficiencia energética de manera definitiva. Adicionalmente, hay una gran oportunidad y necesidad de investigación empírica rigurosa relevante para la política que utiliza técnicas experimentales y cuasi-experimentales para estimar los impactos de los programas de los diferentes tipos de consumo.