Desde al año 2004, en la Península Ibérica existe un mercado único de electricidad denominado MIBEL y, en consecuencia, el precio de la energía en el mercado mayorista (€/MWh) es casi idéntico en ambos países.
Sin embargo, los costes de transporte y distribución en Portugal son más caros que en España, aproximadamente 9 €/MWh en 2013.
Entonces, ¿cómo es posible que en nuestro país la electricidad antes de impuestos sea mucho más cara que en Portugal (en torno al 40%)?
El problema radica en que lo que pagamos por la electricidad no es simplemente su coste en el mercado y lo que cuesta llevarla a nuestras casas, sino que en las Tarifas de Acceso a Redes, o coloquialmente, los peajes, se han incluido todo tipo de partidas que, simplemente, no deberían estar ahí como las primas al régimen especial (renovables y cogeneración), costes extrapeninsulares, amortización del Déficit de Tarifa, etc.
Según el autor, los peajes se han convertido en un instrumento político en el que los gobiernos de turno hacen y deshacen a su antojo.
Finalmente, el autor pone en duda las afirmaciones que suelen decir que las energías renovables ayudan a disminuir el precio de la electricidad. Es cierto que contribuyen a disminuir el precio en el mercado mayorista al ofertar gratis en el mismo, pero si luego hay que pagar las primas en los peajes, los efectos no son ya tan claros. De hecho Portugal se aprovecha de la eventual bajada en el precio del mercado mayorista que ocasionan las renovables en España mientras que los consumidores españoles pagamos las primas correspondientes.